Una de las grandes familias de la videovigilancia son las cámaras, grabadores y en general los sistemas con transmisión por IP; que permiten alcanzar una gran calidad y las resoluciones más altas, simplificando el cableado de nuestra solución CCTV en muchas ocasiones y permitiéndonos disponer de acceso a cámaras incluso sin un grabador.
Existen varios medios de transmisión IP: cable Ethernet, inalámbrico por Wifi, cable coaxial RG59, PLC, fibra óptica… Los más comunes en CCTV son los 2 primeros.
Cable Ethernet
Es el más habitual para todo tipo de conexiones IP y dependiendo de sus características suele tener un precio ajustado, permitiendo transportar el flujo de datos del vídeo de varias cámaras, junto con otros dispositivos.
A nivel físico su funcionamiento se basa en conectores RJ45 macho y cable UTP –cable de par trenzado sin blindaje- de 8 hilos formando un cable Ethernet, con un máximo teórico de 100 metros para CAT5e y CAT6; las categorías más habituales actualmente para conexiones de hasta 1000 Mbps (Gigabit Ethernet).
Los dispositivos como los grabadores, cámaras IP, etc. disponen de un RJ45 hembra al que conectamos el cable Ethernet. Si necesitamos cubrir grandes distancias, podemos intercalar un switch cuando estemos llegando a las distancias máximas por cable y disponer de conexiones RJ45 hembra adicionales.
Una característica interesante del cable Ethernet es que de forma simultanea permite transportar datos y corriente continua, mediante una tecnología denominada PoE –Power over Ethernet, alimentación a través de red- de manera que, si nuestra cámara soporta esta tecnología, podemos evitar cablear corriente de forma independiente hasta el dispositivo a alimentar.
Wifi
Mediante Wifi logramos unir dispositivos IP de forma inalámbrica a la red física, lo que resulta de gran ayuda para cámaras IP ubicadas en zonas menos accesibles o en las que instalar cableado Ethernet no es factible –de edificio a edificio, por ejemplo- o resulta muy complicado por estética o imposibilidad de canalizarlo interiormente.
La conexión por Wifi tiene un coste más elevado en general, velocidad inferior y está más expuesta a interferencias y saturación de los canales que estemos utilizando, pero cuenta con la ventaja indiscutible de la portabilidad.
Actualmente hay varios estándares, el que funciona en la banda de 2.4 GHz es el más habitual en interiores, y suele estar presente en los routers que facilitan los operadores de internet y permite velocidades totales en condiciones óptimas de hasta 300 Mbps,
El otro estándar común es el que opera en la banda de 5 GHz, obteniendo conexiones también a altas velocidades, pero mucho más estables al tener menos interferencias por ser una banda no compartida con otros estándares como le ocurre a la de 2.4 GHz.
Existen varias posibilidades en este ámbito:
- Se puede usar la conectividad Wifi del router de nuestra conexión a internet para conectar directamente cámaras IP que integren wifi, habitualmente los modelos más sencillos, pensados para el ámbito doméstico.
- Conectar una pareja –o más- de puntos de acceso de ámbito profesional –funcionando en 2.4 o 5 GHz- que incluso admiten su instalación exterior; permitiendo unir inalámbricamente dos –o varios- tramos separados de red basada en cable Ethernet.
- Dotar de conectividad inalámbrica una cámara IP que sólo dispone de conexión por cable Ethernet, mediante un dispositivo –router- de tamaño reducido que incluso permite conectar a una red de telefonía móvil mediante un USB 3G.
Cable Coaxial
Además de las soluciones SLOC –Security Link over Coaxial-, si estamos incorporando cámaras IP en un entorno en el que ya disponemos de cableado coaxial instalado, por ejemplo sacando partido de la hibridación de un DVR, es factible aprovechar el cable RG59 de alguna de las cámaras analógicas para una cámara IP, usando un extensor IP sobre coaxial.
Mediante un adaptador pasivo, es decir que no necesita alimentación externa y de tamaño muy reducido, conectado a cada extremo del cable coaxial de hasta 200 metros, creamos una conexión IP simétrica (subida y bajada) de 10 Mbps, adecuado para 1 cámara IP.
También existen otras opciones alimentadas que, conectándose también en cada extremo del cable coaxial, permiten distancias teóricas de hasta 500 metros de cable coaxial, y transmitir señal IP con 21 Mbps de subida y 3 Mbps de bajada, manteniendo el canal de vídeo por coaxial simultáneamente.
La solución ideal depende de cada instalación, si necesitamos aprovechar cableado existente o dispositivos ya presentes, si vamos a dotar de conectividad a nuevas zonas y su accesibilidad. Teniendo en cuenta que además que estas posibilidades son combinables entre sí, lo que facilita la escalabilidad.
En Visiotech se imparten cursos gratuitos, tanto de formación en IP, desarrollando en profundidad su relación con la videovigilancia, como de las distintas familias de productos, sus configuraciones y funcionamiento específico en la parte IP.